Licenciada y Profesora en Letras (Universidad de Buenos Aires), dirige Siempre de Viaje Literatura en Progreso, talleres literarios, y Viajera Editorial. En la Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini” dicta clases de Semiología para el ingreso a la Universidad.
En 2018 encabezó el equipo de traducción de En caso de amor, de la filósofa francesa Anne Dufourmantelle. En 2021, se publica Inteligencia del sueño, ambas primeras traducciones al español, junto a Fernanda Restivo, publicadas por Nocturna Editora.
Con el guión y el recitado de sus poemas participó en las obras del grupo Mulleres dirigido por Paula Robles (2017-2019). Los poemas de los libros AmorAtada y Ocre integraron Todos hablamos de amor, obra de danza-teatro de Cecilia Troncoso, 2019. Como editora y poeta, fue parte del libro Martes Verde, 2018, realizado por la colectiva Poetas por el Derecho al Aborto Legal.
Fue invitada por su obra y por su difusión de la literatura contempóranea y la escritura al Festival de Medellín (Colombia), a La marché de la poésie de París (Francia), a la Universidad de Cosenza, Calabria (Italia), al Festival de Lima y al Festival de Chepén (Perú), al Encuentro Internacio- nal de Mujeres en Ciudad de México y al Festival Horas de Junio en la Universidad de Sonora (México), al Encuentro de Poesía y Traducción en la Universidad Texas A&T, Texas (Estados Unidos), entre otros.
Ha recibido distinciones, premios y subsidios por sus proyectos y publicaciones. Su obra ha sido traducida al inglés, al portugués y al italiano.
El viaje, la traducción y el amor son el corazón de todos sus proyectos.

“No soy Madame Bovary”
con la poca distancia que ya poseo
desde el momento en que me hallé
diciendo
No soy Madame Bovary
veo lo ridículo del caso, de mí.
Veo que me gustaría
ser Flaubert y pronunciar
“Madame Bovary, c’est moi”
cuando imagino ese bigote regordete
encorsetado y de facción antipática
hacer tal declaración
-el escándalo que fue esa novela
el juicio por la afrenta moral y religiosa-
sí, con apariencia desagradable y pluma trabajada
me gustaría ser Flaubert, decir
seguro, imperturbable, provocadoramente
Madame Bovary, soy yo.
Sin embargo, acá en Buenos Aires 2020,
no muchos quizás sepan
de las andanzas de Emma y Gustave,
poco quizás importen
en un mundo donde literal
Australia se incendia sin freno
y los “refugiados”
-fatal mote para los deshechados del mundo-
se apiñan en “campos”
mueren
-solo dos “hechos”
que están acá
en la punta de mi oído de mi lengua
en el toque de la pantallita portátil
animada
que propaga desastres dejándonos
secos, zombies, inertes.
Con toda esta proliferación espantosa
¿a quién le importa que yo
haya dicho con esta misma lengua,
castellana y traducida,
no soy Madame Bovary?
Pero hay una ilusión
un corazón que sigue
estoy viva
y con cierta añoranza
estoy viva
me gustaría haber dicho
Madame Bovary,
soy yo
me gustaría porque ella
nunca se borró
Flaubert mismo quiso escarmentarla
y cual fénix ella
siempre se levanta, presente histórico
ella vuela
no hay muerte que le valga
viva
Emma permanece
enamorada
Emma devora libros
Emma sueña despierta
Emma despilfarra el salario de su marido
Emma desnuda
su cuerpo y goza
desea
su cuerpo, el nuestro
vivas.
Emma, sin duda,
escribe.
Dije no soy Madame Bovary.
Ahora veo
bien puedo ser
Emma.
Inédito
Karina Macció
Ama de Casa
“Take pictures of what you fear.”
Diane Arbus
No es para reírme,
está muy vapuleada
y en todo caso, sería
reírme de mí misma
no me molesta. Ríamos
si no es llorar.
No sé si lo saben -ya que estamos
gran parte de la tarea del ama
(tan cerca de a-l-ma)
es llorar.
Sabe hacerlo
de las más variadas, sutiles, maneras:
mientras el lavarropas
centrifuga, puede hacer
sollozos fuertes
gemir y hasta pequeños
grititos;
cuando lava platos, pasa su mano
muchas veces enguantada
y disimula las lágrimas
con aireada espuma;
cuando todos se van, los niños al colegio, el esposo hace rato ido, el bebé duerme,
ella cierra la puerta del dormitorio y llora
llora a destajo
sentada en la cama.
A veces plancha, no a menudo,
pero cuando lo hace, suele humedecer
las partes difíciles de las camisas
con sus propias lágrimas.
Quizás no haga bien en develar esto
quizás rompa alguna ilusión
porque tampoco se trata de mujeres en mansiones
maquillaje perfecto y gran aburrimiento
de esas que tienen tiempo para tramar asesinatos o romances.
Estas amas de casa
son del tercer mundo
de clase media
(ahora me pregunto, en serio, quién sabe
qué es eso)
tienen educación, carreras, ejercen o no
trabajaron en empresas y por su cuenta
son “emprendedoras”
“creativas”
pero el plato hay que lavarlo
la comida hacerla
la mancha de la ropa, sacarla
este agujerito, coserlo
luego, llorás un poco
y un poco más
vas metiendo llanto
cuando podés
y ni siquiera es por vos
es mucho más amplio y te contiene
llorás
por todo lo que está mal
por cómo fuiste programada
por lo que querés romper
llorás porque a veces no alcanza
con la marcha o una “pequeña” rebelión diaria
no alcanza
y te provocan
esas sonrisitas, los comentarios
mordaces
te quieren apagar, te quieren obturar
las ganas, el ímpetu
la elaboración preciosa del llanto
de tu acto de habla.
Ignoran
tu capacidad de resistir
de esperar el momento propicio
para atacar.
En Ama de Caza, Editorial Lisboa, 2020.
Karina Macció
Este cuerpo es mío
redundancia parece que lo diga
pero cuando me reclamás como un territorio a conquistar
tan siglo XV, tan Cristóbal Colón, tan adelantados atrasados del arrase
repito lo mío de estos bordes
cuando te venís al humo incendiado
cuál es tu fantasía me pregunto
no soy india sublevada, no soy animalia en celo
no soy la exótica flor que se abre para vos
no soy una estatua de mármol
ni uno de esos desnudos majos que se desparraman bellos en una chaise longue
no
esto que te mira soy, pregunta insoslayable
esto que te indaga hasta el fondo de la cuestión
un cuerpo que, en todo caso,
habito asombrada de sus posibilidades
que en todo caso
lleva mi nombre y puede engendrar
cuerpo que me han dado a fuerza de genes y cópula
seguro tiene algo más
mucho más que escapa
mágico, irrebatible, intocable
como el tuyo
¿vos creés que sos dueño, propietario, señor?
¿te hacés el capo porque nunca te encadenaron?
¿estás seguro?
cuando te levantás a la mañana
decime
¿inventás tu día o seguís un caminito como de insectos en la tierra?
¿te aguantás esas ganas de bailar, cantar, de jugar como un bobo al amor?
tenés miedo y te hacés el impenetrable
tenés miedo de que te diga mi angustia
tenés miedo de que no te mire bien
tenés miedo de que te diga NO
es inevitable, va a suceder
NO
todos tenemos miedo
NO
sucede
NO
tantas veces
NO
éste es mi cuerpo
y ahora
me voy.
Karina Macció
Inédito